Paraíso Oscilante

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Paraíso Oscilante

 

Mientras te bese, esta vuelta nunca terminará. Y te beso. Siempre te beso. ¿Qué puede haber de malo en eso?

Viajo, todo el tiempo viajo. Te busco y te encuentro. Ni siquiera sabiendo que voy a venir, me esperas. Ni siquiera sabiendo quien soy con certeza, me amas. Y acá estoy.

No importa cuánto cambien las cosas, o el lugar. Eres la misma persona sin importar el año que caiga. Los mismos ojos cansados, mirada sorpresa, silencio triste. Y te extraño.

Atiborrado en los mismos hábitos, las mismas dolencias. Solo tú puedes ver, esos detalles minuciosamente recopilados dando luz al camino del abismo. Pequeños detalles, movimientos torpes, abrazo desesperado. Y te necesito.

Algo muy certero, odias la música, porque siempre te recuerda a la traición. Cuánto pesa tu corazón, si te duele más la vida, más que cualquier otra herida. Y te amo.

Cuando te conocí por primera vez, y esto paso centenares de veces. No falto momento en que me admitas que tu famoso insomnio nunca te ha abandonado, hasta que, al fin, nos encontramos. Siempre me queda flotando esa idea, esa afirmación, como si mi calor mitigara la frustración y la duda acosante que tienes de solo ser y dormir, como un pase o una especie de vale permisivo al descanso, o al encuentro onírico que soles recelar con pánico. “Si hay abrazo sueño o porque sueño te abrazo”, como sea, te abrazo y te sueño se han convertido en la misma cosa para los dos.

Mientras te bese, esta vuelta nunca terminará. Y te beso. Siempre te beso.

Y vuelvo de nuevo al mismo punto. Al mismo circulo. Donde estas tomando tu café, que no deberías estarlo bebiendo en La Poesía. Y Cortázar está en la esquina de nuestra mesa. Y nos vemos a los ojos, como si viéramos al otro lado del mar. Puede pasar esto miles de veces, y en vez de menguar, se re afirma. Parece todo igual, pero no lo es. Nunca lo es. Otra vez estas en La Poesía, y si no es Cortázar, es Borges. Y si no estás del lado derecho, estas del izquierdo, y si no es mermelada de higo, es dulce de leche. Pero eres tú, comiendo lo que no tienes que comer, tomando lo que no tienes que tomar. Con mirada socarrona y dulce de “por esta vez déjalo pasar”.

Y cuando te embalas hablando del trabajo, con todas tus manías, y obsesiones. Tan acostumbrado estas a que no te lean. Que te apabulla el entendimiento. Es casi un crimen, que podamos sentirnos tan cómodos. Con tanta gente tonta hablando de solo de cómo está el tiempo, o la política.  Es un sueño o una mentira, encontrar semejante refugio. “Si fuéramos animales en el bosque, nos escabulliríamos en una cueva, sin muchos miramientos.” Y siempre que planteo esta idea, me invitas a realizarla, como quien invita a tomar un helado. Y me tomas por un año.

Y pasaron ya 7 años, de 7 veces primeras. Nunca se bien cuando voy a despertar.

Pero de nuevo es enero y hace calor. Pero el día del café permanece con un frío inusual y quieto. Me pedís permiso de secuestrarme y te dejo. Me llenas de besos. Encontramos el lenguaje mudo, el tesoro. Todas las veces que he disfrutado de estar con alguien, se ha transformado en una simple ilusión, podía pasar tres días, o máximo seis, pero lo usual es que me albergue el deseo de volver a mi casa. Pero no a tu lado. De tu lado siempre estar el renacer.

Me da un poco de miedo también, por mucho menos que esto, me he muerto de angustia por amor, ¿y con esto? ¿con esto que me va a pasar? Esto es un crimen, o es un sueño, o una mentira. Pero sea mentira o sueño, me quedo, te siento, y te beso.

Mientras te bese, esta vuelta nunca terminará. Y te beso. Siempre te beso.

Y semi acostados en un sofá, cerrabas los ojos serenos, esperando la acaricia, mientras me ponía a observar la piel tan blanca de tu mejilla. Y como sabes que suelo hacer, imagino ciento de miles de cosas antes que las cenizas de tu cigarrillo lleguen a tocar el suelo. Y mi mente se aventura a divagar sin rodeos, y empezaba a entender el camino bifurcado, entre un jardín de Edén y la condena, si solo llegaras a saber… ¡si tan solo supieras! que hace tantos años la cordura te la deje sobre los labios.

 

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